jueves, febrero 02, 2006

El Laberinto

( Esto lo escribí para un trabajo en el colegio cuando tenía catorce años creo. Es uno de los primeros "relatos" que escribí).

De repente aparecí en un lugar extraño. Me encontraba en una especie de sala con unos muros mugrientos y agrietados. Salí de aquella habitación y me dirigí a otra, y de esta pasé a otra, y a otra. No había duda, me encontraba en un laberinto sin salida. Estuve dando vueltas cerca de dos horas y todavía no había encontrado ni rastro de alguna salida. Me preguntaba si el laberinto en el que me encontraba tendría alguna salida. Desesperado seguí andando, pero mis pasos ya no eran los alegres pasos de antes, ahora me pesaban los pies y la esperanza se desvanecía poco a poco. Cuando ya estaba pensando en parar y descansar un rato, encontré una gran puerta de madera carcomida por el paso de los años. La suerte se encontraba de mi lado. La intenté abrir, y después de unos largos y fatigosos esfuerzos la puerta cedió y se abrió de par en par. Pero para infortunio mío, aún me quedaba pasar más calamidades para salir de aquel extraño lugar. De aquella puerta salió una enorme tarántula que bien podría devorar a veinte hombres sin problema alguno. A pesar de su gran tamaño, se movía rápidamente y de su gran boca salían dos afiladas cuchillas, que bien fácil podrían cortar a un elefante en dos. Asustado y temeroso por perder mi vida, salí corriendo y me dirigí de sala en sala sin saber exactamente adonde me dirigía. Solo quería deshacerme de aquella bestia. De vez en cuando miraba de reojo y veía como una enorme tarántula me seguía escupiendo babas, seguramente estaría pensando en el manjar que podría capturar. Al final conseguí llegar a una sala enorme en la que en el medio de la misma, había una espada. Así que la cogí y me paré esperando al enemigo. Sabía que no tenía posibilidad alguna, pero si la atacaba a lo mejor se asustaba y se marchaba. Armado de valor arremetí contra aquel monstruo peludo. Mi espada fue a dar con todas mis fuerzas en la boca de la tarántula. Solté la espada, o mejor dicho, la espada me soltó a mí. Aquella bestia había capturado la espada con sus dos pinzas. Ahora todas mis esperanzas de victoria se habían desvanecido. Solo me quedaba la escapatoria, y eso fue lo que hice, pero al dirigirme al final de la sala me di cuenta que no había salida. Estaba acabado. Sabía que mis segundos estaban contados. Me arrinconé en una esquina y me acurruqué. Ya no había posibilidad alguna de escapatoria. La gigantesca tarántula se acercó. Se colocó a escasos centímetros de mi cuerpo y empezó a olerme. Abrió sus pinzas, cerré los ojos y esperé mi desdichado final. De fondo se empezó a oír una melodía que poco a poco empezó a taladrar mi cerebro. Al principio creí que era una canción que pronunciaba la tarántula para hacer más horrenda mi muerte. Pero estaba equivocado, se trataba de algo que me salvó la vida. Ahora si que podría decir que me había salvado el despertador. Me reincorporé, estaba sudando. Todo había sido todo un sueño tenebroso, con un final feliz. Ahora me quedaba un duro día por recorrer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

joderrrrrrrrrrr
parece que loas exo aposta para que tu novia no lo lea!!!!!!!
pues que decir de esta descripcion perfectamnt exa.pues que tengo una duda como un niño de 14 años puede usar ese vocabulario y esas dscripciones tan bien hechas poruqe yo tengo 18 años y abia palabras que no entendia.apartando todo esto queda decir que se me an puesto los pelos de punta por la mierda de la tarantula!!!!!!!!!jo!!!!!pero te felicito niño de 14años.
LAURA

demencial dijo...

Mxs axias nena y lo siento debí poner no apto para personas aracnofóbicas jeje