Vámonos de Tapas

Repasando la historia de la literatura hispana me he dado cuenta que la mayoría de los grandes autores españoles han escrito alguna vez en su vida algún texto tradicionalista; pues yo no voy a ser menos.

España es mundialmente conocida por la siesta y por la comida. Hoy toca hablar de lo segundo, y en especial de algo tan apegado a nosotros como son las buenas tapas que tomamos en el bar. Es algo que encontramos en todas las clases sociales unos toman bravas, oreja o queso manchego y otros solomillo caramelizado con cebolla frita, en fin hay gente muy fina.

Y es que ayer unos amigos me invitaron a ir a la feria de la tapa de Madrid, si, no ha leído usted mal, hasta tiene feria y todo. Y claro está, no puede haber tapa sin cerveza, porque esto es algo que también le gusta mucho a los españoles y es irse de cañas que a menudo acaba siendo un irse de tapas.

Los extranjeros se quedan anonadados con esto de las tapas, los asiáticos hasta le sacan fotos a los bares y los alemanes e ingleses pasan de las tapas y prefieren ir directo al barril de alcohol etílico, pobrecitos no saben lo que se pierden sus redondas, voluminosas y rojizas barrigas.

Si es que España tiene algo con la comida, si no miren el mundial de fútbol, las brasileñas celebran los goles bailando la samba y moviendo sus pechugas, los alemanes bebiendo, los ingleses bebiendo, los franceses son tan finos que no hacen nada, los angoleños tocan los tambores y los españoles lo celebran comiendo, sentados en una mesa a ser posible la de un bar (así no hay que cocinar) y degustando tapas para después del partido ir a dormir una reconfortable siesta.