miércoles, julio 26, 2006

Debo de Estar Borracho

El otro día decidí vaguear por las concurridas y ruidosas calles de mi ciudad; andaba sin rumbo alguno, atravesé numerosas glorietas, empinadas callejuelas y restaurantes de comida basura donde las ratas ni siquiera querían acercarse a olisquear.

Después, de dos horas andando y un delicioso helado de menta en el estómago, el cansancio hizo mella en mí y decidí refugiarme en un bareto destartalado en la zona de huertas. Me pido un coca-cola de bote y al momento se me acerca un hombre borracho como una cuba y me empieza a dar la brasa. Al principio no le hice ni puto caso como es normal, incluso me aparté de él, pero al oír lo que decía no pude evitar dedicar toda mi atención en él. El hombre borracho, sucio y cascarrabias me dijo lo siguiente:

- Chico, hip ten cuidado con lo que haces porque algún día sin previo aviso alguien te matará. Escucha lo que te voy a decir, hip, porque te voy a contar un secreto – en este momento se tambalea en el taburete y a punto está de precipitarse al suelo. – Nos vigilan, ellos nos vigilan y nos utilizan sabiamente. Nos tienen engañados, nos dicen quienes son nuestros enemigos y los asesinatos que ellos cometen quedan impunes, como lo llaman, hip, ah si, daños colaterales – da un gran sorbo a su vaso de whisky y prosigue:

- Nos dicen que hacer, nos han transmitido miedo y lo han cambiado por odio, odio al vecino musulmán porque es un terrorista, odio a los africanos porque nos quitan trabajos que nadie quiere hacer, odio hacia todo el mundo porque nos pueden atacar en cualquier momento. Gracias a nuestro pavor, hip, les damos a ellos nuestro apoyo para así, poder evadirnos de la realidad. Pero son ellos, hip, son ellos los que asesinan a personas humanas sin ser condenados, los que explotan a los pobres y extorsionan a países en fases de desarrollo para quitarles lo poco que poseen y conseguir mano de obra barata. Ten cuidado, chico, aún eres joven, aún puedes cambiar el mundo.

Y dicho esto se desplomó en la barra y se puso a roncar mientras se le recubría el mentón de asquerosa saliva. Ese día este borracho, al que llamaré Max Estrella en honor a un gran amigo que tuve, me abrió la mente. Espero que también te la haya abierto a ti. Recuerda, todavía eres joven para cambiar el mundo, mientras uno viva es posible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que cosas tan alucinantes cuentas siempre. es curioso...por favor escribe mas amenudo ahora en vacaciones, que ya que no tengo y me keo aqui en los madriles, me gusta mucho tu blog bebe, escribe mas a menudo!!!
muchos besitos para ti!

Anónimo dijo...

Realmente me sorprende la facilidad que tienes para transmitirnos tus ideas, emociones y pensamientos. Eres un tio brillante. Me ha gustado mucho este articulo.